Dormir bajo las estrellas: tres lugares inolvidables en plena naturaleza de Finlandia

Ya sea pasando la noche bajo una lona, a la manera clásica, o en una sencilla y elegante eco-cabaña en una apartada isla, o en una glamurosa tienda de “glamping” en los márgenes de parque nacional, anímate a sumergirte en la hermosa naturaleza de Finlandia.

¿Puede haber algo mejor que quedarse dormido bajo un cielo cuajado de estrellas, con el aroma de los pinos y el sonido de las olas como banda sonora? En Finlandia la naturaleza no es solo un telón de fondo, sino un lugar para quedarse. Desde una tienda en medio del bosque a una cabaña en una isla, hoy les traemos tres maneras de dormir rodeados de la serena, salvaje y natural belleza de Finlandia.

A la manera clásica

Un hombre y un niño están de pie en la orilla de un lago con sus cañas de pescar, mientras que una mujer los observa desde la orilla.

El lago Fiskträsk está situado en el Parque Nacional de Sipoonkorpi, a poco más de 20 kilómetros de Helsinki, y para llegar a él hay numerosos senderos accesibles desde los aparcamientos más cercanos.

La mañana aoenas acaba de empezar en el Parque Nacional de Sipoonkorpi. El calor del sol se nota ya en el bosque, mientras que en el lago Fiskträsk un niño lanza hacia el agua el sedal de su caña de pescar, con un gusano en el anzuelo.

Al poco rato y con una sonrisa en la cara, Nooa, que tiene siete años, logra sacar una pequeña perca. Quentin Engelen está a su lado, listo para ayudarle, y pronto se unen a ellos Nea Sjöholm, tía de Nooa, y su abuela, Anne Karlsson.

Una persona sostiene un pez pequeño sobre las aguas claras y poco profundas de un lago.

Esta pequeña perca va a ser devuelta sana y salva a las aguas del lago Fiskträsk.

La familia ha pasado la noche en una tienda. Aunque para Nooa esta era su primera acampada, el sueño no tardó en vencerlo y ha dormido profundamente.

“No he pasado frío ni he oído ruidos que me asustaran”, dice el chaval.

“¡Pues a mí me ha despertado un par de veces el canto de un cuco!”, exclama Anne Karlsson entre risas.

Su tienda de color azul brillante puede que esté montada de aquella manera, pero ha resistido y todos han cabido dentro, así que, misión cumplida.

El bosque que nos rodea está salpicado de tiendas como la suya. Hay sitio de sobra para todo el mundo.

Calma y tortitas

En un frondoso bosque, dos mujeres están de pie junto a una tienda de campaña azul con forma de cúpula.

En la mayoría de los parques nacionales de Finlandia solo se permite acampar en determinados lugares, como Fiskträsk, cuya zoma de acampada cuenta con un refugio para cocinar y baños ecológicos a tan solo unos pasos.

Toca desayunar. Anne Karlsson monta y enciende un hornillo, y coloca sobre él una sartén, a la que añade un par de cucharadas de mantequilla, y luego vierte la mezcla para hacer tortitas en ella. Huele divinamente.

Además de la comida, el agua y la ropa, se han traído algunas cosas para que los críos se entretengan, como la caña de pescar de Nooa.

“Está bien que tengan algo emocionante que hacer”, comenta su abuela.

Sobre una roca plana, en un entorno forestal, hay un hornillo de camping con una sartén en la que se está calentando comida.

Todo sabe mejor cuando se disfruta en la naturaleza.

La familia ya había ido antes de acampada, cuando Nooa era pequeño. Son recuerdos que permanecen. Las aventuras compartidas unen a las personas.

Anne Karlsson aprovecha estos los en la naturaleza para enseñarles a los niños una lección importante: hay que respetar el medio ambiente.

“Todo lo que hemos traído, nos lo llevaremos sin dejar nada”, dice. “Y el bosque es un lugar para la calma”.

Paz y privacidad en tu propia isla

La quilla de un pequeño barco blanco se acerca a la costa boscosa de una isla surcando las aguas tranquilas del mar.

La isla de Tvijälp está situada frente a la costa de Espoo. Se puede llegar a ella en barco privado o en transporte compartido y tiene una completa oferta de excursiones en kayak, retiros de yoga y otras actividades.

Al otro extremo del área metopolitana, un barco a motor serpentea por las aguas del archipiélago de Espoo. Un gran somormujo lavanco cuida de su nido junto a la orilla. Un cisne se desliza sobre el agua, hacia el mar abierto. Con cada islote que el barco deja atrás, el rumor de la ciudad va diluyéndose, hasta desaparecer.

En el embarcadero de la Isla de Tvijälp, Roope Lemetti da la bienvenida a los visitantes y los guía a través de un bosque de pinos y piedras cubiertas de musgo. En lo alto de la colina, entre los árboles e inclinadas hacia el mar, pueden verse varias cabañas triangulares.

Dentro, todo se reduce a lo esencial. Hay dos camas impecables, un hornillo compacto y espacio suficiente para sentarse y mirar afuera. Un gran ventanal ocupa por completo uno de los lados de la estructura, enmarcando el mar y las islas dispersas, como si la cabaña entera hubiese sido construída alrededor de las vistas.

Ni agua corriente, ni nada superfluo. Hay una letrina orgánica discretamente camuflada entre las rocas. Las comidas se hacen en el exterior, sobre un fuego, o vienen de tierra firme. Los visitantes traen lo que necesitan en sus mochilas, por ejemplo comida, agua o sacos de dormir, y se van tan ligeros como vinieron.

“Nuestros huéspedes llegan con una buena dosis de espíritu aventurero”, comenta Lemmetti con una sonrisa burlona.

Sostenibilidad en su ADN

Las cabañas de la Isla de Tvijälp parecen haberse posado sobre el suelo. Sus cimientos son ligeros y temporales, pensados para no dejar rastro si un día son retiradas del lugar. Levantadas en 2018 por el diseñador Robin Falck, su propósito inicial fue el de poner a prueba una idea: ¿dónde está el límite de la ligereza cuando construímos algo nuevo?

El concepto ha seguido desarrollándose desde entonces, pero su intención sigue siendo la clave. A los huéspedes se les pide que no se salgan de las rutas marcadas, que reciclen todo lo que usen y se lleven todo lo que hayan traído. Aquí el ritmo es lento, marcado por las mareas, la luz y el sonido de las aves que sobrevuelan la isla.

Un hombre posa recostado contra un pino junto a un lago en calma.

En la isla hay una línea de emergencia disponible 24/7, en caso de contingencias.
“Este tipo de alojamiento no es para todos, pero para algunos resulta perfecto”, dice Roope Lemmetti.

“Hemos tenido huéspedes de todas las partes del mundo, especialmente de los Países Bajos y de Japón”, nos cuenta el director, Roope Lemetti.

Basta una caminata alrededor de la isla para admirarse con sus escarpados acantilados, sus tranquilos bosques, sus playas de arena y sus prados repletos de flores. En otoño esta llena de mirtilos, arándanos rojos y setas, que pueden recolectarse libremente gracias al “derecho de toda persona” de Finlandia.

“Nuestros huéspedes han avistado decenas de especies de aves, e incluso ciervos”, añade Lemetti. “Si realmente deseas vivir inmerso en la naturaleza, este es el mejor sitio para alojarte”.

“Glamping” junto a un parque nacional

Una moderna cabaña de madera con grandes ventanales se alza entre los altos árboles de una colina boscosa.

En el Haltia Lake Lodge, puedes alojarte en una tienda de campaña en medio del  tranquilo bosque en pleno Parque Nacional Nuuksio, a un tiro de piedra de sus acogedoras instalaciones.

Las tiendas de Haltia Lake Lodge se levantan discretamente entre los árboles, separadas lo suficientemente una de otras para que uno sienta que está solo en el bosque. La altura permite estar de pie en ellas y las camas son como las de casa, solo que ligeramente mejores. A través de la ventana, los árboles de hoja perenne oscilan suavemente y alguien ha colgado una casita para pájaros en el abeto falso que hay justo al lado. Por la noche el bosque parece respirar a alrededor de uno.

Esto es lo que se denomina “glamping”, camping con glamur, con la comodidad de tener  refugio y una cama de verdad, pero cerca de la naturaleza. A tan solo una hora de Helsinki, las tiendas se encuentran en el margen del Parque Natural de Nuuksio. Prácticamente detrás de cada una de ellas hay un sendero que lleva a este, serpenteando junto a tranquilos estanques, precipicios rocosos y zonas de humedales a cielo abierto.

“Aquí no hay televisión, pero nuestros huéspedes disfrutan avistando pájaros”, dice Teemu Tuomarla, director y uno de los fundadores de Haltia Lake Lodge.

Una cama doble, cuidadosamente hecha, en una habitación con iluminación suave y decorada a la manera minimalista.

El “glamping” de Haltia Lake Lodge le aporta un toque de glamur a la experiencia de acampada más tradicional.

Tras un largo día de caminata por los senderos forestales, los huéspedes regresan para darse una ducha caliente o bañarse en la sauna que está a tan solo unos pasos de su tienda. Al atardecer refresca enseguida y el regreso entre los árboles, con el pelo húmedo y la piel caliente, hace que el bosque resulte inmenso y a la vez íntimo.

Envueltos en el silencio del bosque

Aquí no hay agua corriente. El agua para beber llega en contenedores y el bosque se encarga de poner la atmósfera.

Un espejo colgado en la pared refleja dos butacas de madera en un balcón con vistas a un frondoso bosque verde.

Desde tu tienda podrás disfrutar de un paisaje forestal en constante cambio, que varía con las estaciones, el tiempo y la luz.

En lugar de paredes, las tiendas están hechas con una lona protegida con aislante. La lluvia marca en el tejado un ritmo suave, y en primavera el aire se llena del canto de los pájaros. La brisa trae un aroma fresco, de bosque mojado.

Incluso en invierno, el interior de las tiendas es cálido. Tuomarla nos cuenta que llegó a pasar aquí una noche en la que la temperatura exterior era de menos veinte grados.

Un hombre posa sonriente en un frondoso bosque verde, rodeado de árboles y vegetación.

Desde que Teemu Tuomarla inaugurara las tiendas de “glamping”, en septiembre de 2021, estas se han convertido en el alojamiento favorito de huéspedes venidos de Alemania, Francia, los Países Bajos y el Reino Unido.

“El bosque estaba absolutamente hermoso aquella noche”, recuerda.

Recomienda especialmente esta experiencia a las parejas, aunque cualquier persona en busca de paz se sentirá en casa en este lugar. Y, algunas veces, en el claro cielo invernal, la aurora boreal pasa silenciosamente sobrevolando el lugar.

Texto y fotos de Emilia Kangasluoma, agosto de 2025