Cuando uno se queda a gusto
No hay nada que se pueda comparar a la sensación de una buena sauna, combinada con los azotes de una vihta, un haz de ramas de abedul. ¡No veas cómo se reactiva la circulación! A veces discrepamos sobre si llamarla vihta o vasta, ¡pero de lo que no hay duda alguna es de que su impacto –nunca mejor dicho- en la salud es magnífico! Los beneficios de azotarse a uno mismo, así como el saber atar correctamente el haz de abedul, constituyen un patrimonio cultural que se transmite de generación en generación.