En el sur de Finlandia, a unos 35 kilómetros al norte de Helsinki, se encuentra el lago Tuusula, uno de los casi 188 000 que hay en el país.
Está rodeado de escarpados bosques de pinos y su serena superficie, de seis kilómetros cuadrados, refleja a lo largo de las estaciones las cambiantes tonalidades del cielo finlandés, creando una atmósfera de tranquilidad atemporal.
Aunque resulta asombrosamente bello, los motivos de su importancia no resultan evidentes a primera vista. Y es que los alrededores del lago Tuusula están impregnados del arte y la cultura finlandeses de una manera extraordinaria.
Iconos culturales
A principios del siglo XX, la región del lago Tuusula fue el epicentro de un movimiento cuyo impacto fue duradero, movimiento que se nutrió del gran talento de toda una comunidad de escritores, artistas y músicos. El compositor Jean Sibelius, los pintores Eero Järnefelt y Pekka Halonen, el escritor Juhani Aho y su esposa, la pintora Venny Soldan-Brofeldt, fueron algunos de los iconos culturales que vivieron a orillas de este lago. Más de un siglo después, muchas de sus residencias pueden visitarse como museos.
Entrar en estas casas conservadas con tanto esmero, transporta a quien las visita a una época apasionante, cuando los artistas, escritores y músicos que vivían en aquella comunidad tan unida y a menudo colaborativa, encontraban inspiración en el idílico entorno. El periodo forma parte de la Edad de Oro del arte finlandés, entre 1880 y 1910, cuando este reflejaba y alimentaba el sentido de la identidad nacional, entonces aún en desarrollo.
Ainola
Cuando en 1904 Sibelius y su esposa Aino construyeron esta casa, a la que llamaron Ainola, a orillas del lago, el compositor ya era muy conocido en su país y en el extranjero. Varios años antes había compuesto Finlandia, una de sus obras más conocidas.
Cruzar las puertas de Ainola es sumergirse en un pasado embriagador. Rodeada de pinos y abedules, la villa de madera, de estilo rústico, transmite una sensación de sereno aislamiento: un santuario en la campiña finlandesa para el gran compositor. Las habitaciones, aun siendo sencillas, resultan muy personales y no cuesta trabajo imaginar al maestro, encorvado, trabajando sobre sus inmortales partituras en su escritorio en un rincón. Aino cultivaba verduras, flores y frutas en el jardín exterior. Los manzanos siguen allí, al igual que un mirador en lo alto de la colina, donde se cree que el compositor pasaba los veranos disfrutando de la inspiración de la naturaleza.
Suviranta
No muy lejos de Ainola se encuentra Suviranta (Orilla del Estío), la señorial mansión del pintor Eero Järnefelt, que además era hermano de Aino. Dentro, los paisajes y retratos de Järnefelt ornan las paredes, mostrando su estilo realista. Su esposa, Saimi, otro miembro clave de la comunidad, era actriz y también traducía literatura al finés, como por ejemplo algunas obras de Charles Dickens y George Eliot.
Halosenniemi
El artista Pekka Halonen se instaló en la zona por la misma época. Su casa, Halosenniemi (en español “punta de Halonen”), es también un museo en la actualidad y en ella se exponen cuadros suyos y de sus contemporáneos. Las obras de Halonen, especialmente las que representan paisajes invernales del lago Tuusula y sus alrededores, son sencillas pero impactantes.
Ahola
Desde Halosenniemi, dando un paseo de 15 minutos en bicicleta, llegamos a Ahola, el hogar de otra de las parejas creativas de la época, formada por el escritor Juhani Aho y su esposa, la pintora Venny Soldan-Brofeldt, quienes llegaron al lago Tuusula en 1897. Entrar en Ahola es como sumergirse en la vida y los proyectos artísticos de la familia. Los relatos y novelas de Aho, como Rautatie (1884, El ferrocarril), que describe la primera experiencia de un viaje en tren de una pareja de ancianos, son clásicos de la literatura finlandesa. Soldan-Brofeldt era una artista versátil, con talento para múltiples géneros: pintura, arte gráfico, ilustración y joyería. Su espíritu bohemio y su estilo de vida –fumaba en pipa, montaba en bicicleta y vestía pantalones– llegaron a escandalizar un tanto en aquella época, pero también influyeron en la comunidad local de artistas.
Erkkola
También hubo otros miembros de la comunidad, considerada a la vanguardia del despertar de la cultura nacional del Gran Ducado de Finlandia, que entonces formaba parte del Imperio Ruso, pero que obtendría la independencia en 1917. El popular poeta y dramaturgo J.H. Erkko, que desempeñó un papel clave en la lengua y la educación finlandesas, también tuvo una casa junto al lago, Erkkola. El pionero finlandés de la poesía, Eino Leino, pasaba a menudo temporadas en Halosenniemi y Erkkola.
Una huella que aún perdura
Mucho antes de que Erkko, Järnefelt, Sibelius y otros se trasladaran allí, la región del lago Tuusula ya formaba parte de la historia cultural de Finlandia. El célebre escritor Aleksis Kivi (1834-1872), autor de la primera novela escrita en finés, Los siete hermanos (1870), pasó sus últimos meses en una cabaña cercana al lago antes de morir con sólo 38 años.
Los artistas y escritores que se asentaron a orillas del lago Tuusula se inspiraron, influyeron unos en otros y entrelazaron sus vidas. La comunidad desempeñó un papel fundamental en el desarrollo del arte Romántico nacional finlandés y en el nacimiento del Modernismo finlandés. Aunque la mayoría de los artistas también visitaron otras partes de Europa, la principal preocupación de la comunidad fue la de capturar el paisaje y la forma de vida de Finlandia, cosa que dejó una huella duradera en la identidad cultural del país y aún sigue inspirando a las generaciones posteriores de artistas finlandeses.
Por Sanjoy Narayan, julio de 2024