Ahí está, es esa silueta lejana en el horizonte.
Sopla una suave brisa y el transbordador se aleja de la orilla poniendo rumbo a mar abierto. Acabamos de zarpar de Kokkola, una ciudad llena de vida a unos 500 kilómetros al norte de Helsinki, en la costa del golfo de Botnia. Si nos alejáramos lo suficiente siguiendo esta misma ruta, llegaríamos a la vecina Suecia.
Pero hoy nos dirigimos a un destino más cercano, a menos de 20 kilómetros del puerto: la cautivadora isla del Faro de Tankar.

El capitán del M/S Jenny, Teemu Mäkelä, elogia Tankar: “Desde luego, es una de las islas más hermosas que he visitado jamás”.

Nukka descansa durante la travesía. Los perros son bienvenidos a la isla, pero han de llevar correa.
De islote rocoso a animada comunidad

Durante los veranos, la pequeña iglesia de Tankar ofrece servicios religiosos, bodas y otros eventos, como conciertos.
En cuanto el transbordador atraca, bajamos a tierra para encontrarnos con nuestro guía, Hugo Lund, que da comienzo al recorrido llevándonos a visitar la pequeña y evocadora iglesia de madera de la isla.
Levantada en 1754, fue la parroquia de un centenar de feligreses en unos tiempos en los que, por ley, era obligatorio asistir a los servicios semanalmente. El pastor solía venir de tierra firme, remando si hacía falta, para oficiar el servicio y garantizar que las familias de los pescadores y los prácticos pudieran cumplir con sus obligaciones.

El faro de Tankar se encendió por primera vez el 15 de octubre de 1889.
En el s. XIX la vida en Tankar era muy dura. La población estacional de pescadores, cazadores de focas y navegantes llegaba a ser de centenares de personas. Hasta la tierra para los pequeños cultivos de patatas de traía desde tierra firme, y la la producción de heno de toda la isla no bastaba ni para alimentar una sola vaca.
La caza de la foca era entonces la clave de la supervivencia. En la actualidad, hay un pequeño museo dedicado a la preservación de ese capítulo de la historia de la isla.

Además de trabajar como marinero de cubierta en el M/S Jenny, Hugo Lund es guía en Tankar.
Lund conoce bien todas las historias. Vino a Tankar por primera vez siendo un niño y este verano se cumplen los 20 años de su llegada.
“Cuando llegas a Tankar, sabes que el verano ha empezado de verdad”, dice.
El icónico faro de Tankar

Se cree que el diseño de la torre del faro, hecha de acero, tendría algo que ver con la empresa que construyó la Torre Eiffel.

La historia de Tankar se remonta al s. XIII, que es cuando la isla surgió del mar por primera vez, debido al rebote postglacial del terreno, un proceso natural que sigue elevando la costa cerca de un centímetro cada año.

A los pies del faro, Lotta Fors y sus hijos, Vivian, de dos años, y Niklas, de seis, disfrutan de un pícnic. Su abuela, Riitta Ojala-Fors, se ha unido a la excursión desde Kalajoki: “Los pequeños han conseguido subir hasta lo más alto del faro. Las vistas eran increíbles”.
Desde la capilla, el camino nos lleva finalmente hasta el emblema mismo de la isla: el faro. Antes de su construcción, los marineros se guiaban por un hito de piedra y un poste con una luz, pero era necesaria una solución mejor, dado el peligro que suponía navegar por aquellas aguas.
Terminado de construir en 1889, el faro de Tankar encierra cierto misterio en lo que se refiere a su diseño. Algunas fuentes sugieren una posible participación de la empresa que construyó la Torre Eiffel, y la escalera interior de caracol guarda un gran parecido con el estilo del emblemático monumento parisino.
Equipado originalmente con potentes ópticas que llegaban a alcanzabar las 13 millas náuticas (24 kilómetros), el faro fue electrificado y ahora está dotado de un sistema totalmente automatizado, con un haz visible a 27,5 millas náuticas (51 kilómetros), lo cual lo convierte en uno de los faros más potentes de Finlandia.

La escalera de 122 peldaños del faro se levanta 27,5 metros desde su base.

La residencia del farero, junto a la torre, sirve ahora de alojamiento para los visitantes de la isla.
En días señalados, por un módico precio, los visitantes pueden subir los 122 escalones hasta su parte más alta.
Desde allí, las vistas se extienden sobre el mar hasta el horizonte de Kokkola.
El vasto cielo y las interminables aguas parecen encontrarse, mientras que, juguetonas, las golondrinas revolotean alrededor del faro.
Naturaleza y fauna

Tankar está situada a menos de 20 kilómetros del centro de Kokkola. La distancia de punta a punta de la isla es de 750 metros.
Tankar no solo es una isla con historia, sino que también alberga un impresionante entorno natural.
Hay un sendero de 1,5 kilómetros que rodea la isla serpenteando entre enebros, frondosos bosquecillos y roquedales. Para proteger los frágiles ecosistemas, está prohibido salirse de la ruta, ya que Tankar es reserva natural protegida.
Durante el verano las ovejas pastan por toda la isla para mantener los prados despejados y evitar el crecimiento excesivo de la vegetación.
En este lugar han sido avistadas más de 260 especies de aves, especialmente durante la época migratoria, que es cuando el haz de luz del faro las atrae en las noches de bruma.
La vida de la isla en la acualidad

La cabaña más antigua de la isla, conocida como la Sauna de Sjöblom, data de 1768. Originalmente fue una cabaña de pescadores, pero ahora es la residencia de verano de Brage y Nanna-Lisa Finskas.
Tankar sigue teniendo una comunidad estacional. El edificio más antiguo, la sauna de Sjöblom (1768), es ahora una casa de veraneo particular, y otras casas históricas, como la residencia del farero, se han convertido en alojamientos para los visitantes.
Y si el hambre aprieta, hay una cafetería donde pueden prepararte una sopa de pescado deliciosa o unos riquísimos bollos de canela.

Comerse un plato de sopa de salmón en la única cafetería es una forma excelente de recuperar fuerzas después de pasar el día explorando la isla.

Esther Okpala (izda.), Confidence Uche y Ella Tornikoski han venido a disfrutan de Tankar en una excursión de un día. Para Okpala y Uche es su primera visita: “Estamos listas para explorar la isla”.
Para mucha gente la jornada termina con una buena sesión de sauna, seguida de un chapuzón en el mar, una tradición que conecta a los visitantes de hoy con las distintas generaciones que han vivido en la isla.
Salir de Tankar es como dejar atrás un pedazo de tu corazón.
Esta isla es un lugar al que hay que regresar.
Información práctica: Visita a Tankar

El trayecto en ferry de Kokkola a Tankar dura aproximadamente una hora y media, y a bordo se sirven aperitivos y bebidas.
- Ubicación: Isla de Tankar, a 20 km de Kokkola, en la bahía de Botnia.
- Ferri: En verano el M/S Jenny navega a diario; la travesía dura cerca de una hora y media.
- Alojamiento: Hay una casa de huéspedes en la antigua estación del práctico y en la residencia del farero, y además hay cabañas (se recomienda reservar con antelación).
- Restauración: Una cafetería que sirve platos locales y repostería; zonas de pícnic disponibles.
- Actividades: Ascenso al faro (se aplica una tarifa), visitas guiadas, eventos en la capilla, sesiones de sauna, ruta natural, observación de aves.
- Accesibilidad: El terreno es rocoso y desigual; el acceso para las sillas de ruedas está sujeto a limitaciones.
- Nota: Tankar es una reserva natural protegida. Está prohibido salirse de las rutas y causar molestias a la fauna silvestre. Se admiten perros, pero deben ir sujetos con correa.
Texto y fotos de Emilia Kangasluoma, agosto de 2025