Arte, movimiento y emoción: Investigadores finlandeses buscan nuevas formas de aprender idiomas

Aprender un nuevo idioma puede resultar desalentador y a menudo lo asociamos con horas y horas de memorización del vocabulario, o con la repetición de las frases de los libros de texto. Pero, ¿y si el aprendizaje pudiera ser más activo, creativo, divertido y nos hiciera implicarnos emocionalmente?

El aprendizaje tradicional de idiomas suele hacer hincapié en los ejercicios escritos, dejando de lado el papel del movimiento y las emociones. Sin embargo, hay estudios que demuestran que las experiencias corporales ayudan a fijar en el cerebro las palabras y estructuras nuevas.

Esa es la idea que subyace en el proyecto Embodied Language Learning through the Arts (ELLA), financiado por la Fundación Kone, que analiza la forma en que las actividades artísticas mejoran la adquisición de una segunda lengua.

“Necesitamos el programa ELLA porque la pedagogía del lenguaje tiene que cambiar”, dice Eeva Anttila, profesora de pedagogía de la danza en la Academia de Teatro de la Universidad de las Artes de Helsinki, y directora de ELLA. “El aprendizaje debe ser divertido, tiene que motivar y servir de apoyo emocional”.

¿Qué pinta el arte en todo esto?

En la foto, que ha sido tomada desde arriba, hay seis niños que dibujan en un mismo papel de grandes dimensiones.

El movimiento y las emociones están profundamente vinculados con las capacidades cognitivas, y hay varias actividades que pueden contribuir al aprendizaje de los idiomas.
Foto por cortesía de Eeva Anttila

El movimiento y las emociones están profundamente relacionados con la capacidad cognitiva. “Cuando los alumnos se implican físicamente con el idioma, lo interiorizan más profundamente”, afirma Anttila. ELLA promueve un enfoque holístico que integra la corporeidad, la expresión artística y el aprendizaje de idiomas, especialmente en los entornos culturalmente diversos.

“El margen de atención de los alumnos es breve, y las artes ayudan a que mantengan la concentración lo suficiente para que las experiencias tengan tiempo para madurar y desarrollar todo su potencial. Aprender haciendo es más profundo, más impactante”.

ELLA se ha implantado en colegios, clases preparatorias para inmigrantes, institutos, centros de educación de adultos y en la formación de profesores. “Con ELLA, pretendemos aprovechar plenamente el potencial humano a través del aprendizaje y la práctica simultánea de las diversas destrezas”, afirma Anttila. Gracias a la activación de los sentidos, las emociones y la motricidad, los alumnos desarrollan sus capacidades lingüísticas al tiempo que adquieren conocimientos culturales.

Uno de los subproyectos de ELLA, Dans med språk (Baila con el idioma, en sueco), ha incorporado coreografías habladas en sueco en un instituto de artes escénicas de la ciudad de Tampere, en el oeste de Finlandia central. (El sueco es una de las lenguas oficiales de Finlandia).

El curso, abierto a todo el mundo, independientemente de que tengan o no experiencia en danza o de sus conocimientos de sueco, es ahora tan popular que hay incluso lista de espera, lo cual resulta impresionante, porque un número considerable del alumnado son estudiantes hablantes de finés que también desean asistir.

Hacia la fluidez por el canto

Unas 40 personas posan de pie o arrodilladas formando un grupo variopinto.

Uno de los coros de Learn Finnish by Singing (Aprende finés cantando): El papel que el canto puede llegar a desempeñar en el aprendizaje de idiomas es un campo fascinante que aún no ha sido estudiado en profundidad.
Foto por cortesía de Johanna Lehtinen-Schnabel

Cantar también agiliza el aprendizaje de idiomas. Una de las apasionantes manifestaciones de la filosofía del proyecto ELLA es aprender finés cantando.

“Se trata de un campo transdisciplinario fascinante y poco investigado”, afirma Johanna Lehtinen-Schnabel, investigadora de ELLA y directora de los coros Learn Finnish by Singing (Aprende finés cantando) en Helsinki y Espoo.

La idea surgió de los alumnos de un proyecto piloto en el que Lehtinen-Schnabel enseñaba música a inmigrantes adultos. Cantar ayuda a los estudiantes a asimilar los diferentes aspectos de la expresión lingüística, como la pronunciación, el ritmo y la entonación, al tiempo que reduce el temor a cometer errores.

La tesis doctoral que Lehtinen-Schnabel presentó en la Academia Sibelius, la famosa institución universitaria de enseñanza musical de Helsinki, se centró en estos coros especializados en el aprendizaje de idiomas, que abarcan géneros que van desde el pop y el rap hasta la música folk, exponiendo a los alumnos a diversos estilos lingüísticos. Al combinar los flash mobs, los dialectos y la improvisación, los coros convierten el aprendizaje lingüístico en una experiencia de inmersión en el mundo real.

“Cuando canto en el coro, no me parece que esté estudiando, porque es divertido y natural”, dice Alicia Sevilla, una de las integrantes del coro. Alicia también estudia finés en un curso regular, pero atribuye al coro la mejora de su fluidez y de su capacidad de hablar. Los coros, abiertos a todos los niveles, no requieren conocimientos previos de finés para participar en ellos.

Desbloquear las habilidades lingüísticas de los niños

Imitando lo que hace su profesora en la parte delantera de una gran sala, varios alumnos de espaldas a la cámara levantan los brazos.

Estudiar un idioma cantando, es divertido y natural.
Foto por cortesía de Johanna Lehtinen-Schnabel

La investigación sobre el aprendizaje corporal del lenguaje se ha centrado sobre todo en adultos y niños pequeños, y se ha dedicado mucha menos atención a los adolescentes. Elias Girod, bailarín y profesor en prácticas, espera cambiar esta situación. Su tesis de máster en la Universidad de Helsinki analiza el aprendizaje corporal en la enseñanza de segundas lenguas dentro del ELLA.

“Emparejar palabra y movimiento mejora las conexiones neuronales, lo que hace que la información permanezca en la memoria y se asiente más profundamente”, afirma. Esto coincide con los estudios que demuestran que existe una profunda conexión entre la actividad física y la capacidad cognitiva.

Para Girod, el aprendizaje corporal abarca un amplio abanico de posibilidades, como ponerse de pie, sentarse en el suelo, salir, o simplemente analizar cómo utilizamos nuestro cuerpo en distintos entornos. “El aprendizaje de idiomas es más que gramática”, afirma. “Se trata de interacción y motivación. El arte crea ambas cosas de forma natural”.

El programa educativo básico de Finlandia (revisado en 2014, con una próxima reforma que entrará en vigor en el curso 2025-2026) ya hace hincapié en la enseñanza funcional y cognitiva por encima de la instrucción formal o rígida, pero a Girod le gustaría que se introdujeran más mejoras. Sostiene que, para los alumnos recién llegados a Finlandia, “la prioridad ha de ser que se sientan cómodos y conectados”.

Aboga por un enfoque que se base más en la experiencia, en el que la lengua se aprenda a través del movimiento, la interacción y la expresión creativa, en lugar de mediante ejercicios aislados. “También hay que llevar a los niños a espectáculos y exposiciones fuera de la escuela”, añade, señalando la importancia de las experiencias culturales para fomentar tanto las destrezas lingüísticas como el sentimiento de pertenencia.

Como medida práctica, sugiere invitar a artistas profesionales a las escuelas para que impartan talleres y realicen actuaciones.

Repensar la enseñanza de idiomas

Un hombre y una mujer bailan en el escenario, mientras en primer plano, de espaldas, una mujer lee un libro en voz alta.

El espectáculo Kunnes avartuu (en español, Hasta que se expanda) es un diálogo entre la coreografía de Veli Lehtovaara y la poesía escrita y leída en voz alta por Milka Luhtaniemi (en primer plano).
Foto: Jani Salonen

Girod es crítico con los ránquines del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), ya que sólo miden las materias cuantificables y excluyen las materias creativas, despreciando la danza, otras formas de arte y el lenguaje que las potencia, pasando por alto su valor educativo.

El programa ELLA representa un cambio en la enseñanza de idiomas, pues la hace dinámica e inmersiva. La integración del movimiento, la creatividad y la conexión humana fomenta el desarrollo lingüístico, la confianza, la conciencia cultural y el sentido de pertenencia.

Por Carina Chela, abril de 2025