Robots finlandeses: la salvación mundial

ZenRobotics, una empresa finlandesa ecológica, lanza robots para ayudarnos a no ahogarnos entre los residuos.

ZenRobotics, una empresa finlandesa ecológica, lanza robots para ayudarnos a no ahogarnos entre los residuos.

Un enorme cartel encima de un edificio cerca de la estación central de tren de Helsinki marca la sede de ZenRobotics, una joven compañía galardonada que ha ido adquiriendo el impulso de los medios sin cesar desde su aparición en 2007. Su producto es un robot altamente inteligente cuyo «cerebro» se inspira en el de un humano, convirtiendo el reciclaje de residuos en un proceso más eficiente de lo que nunca se imaginó.

«Todos sabemos que el mundo se está ahogando entre residuos y que se están agotando los recursos», dice Jufo Peltomaa, director de marketing en ZenRobotics. «¿Por qué no se aplica la misma pasión y profesionalidad en la logística del fin de la vida útil de un producto como en su creación? ¿Por qué el ciclo de vida de un producto es linear en lugar de circular? Las fábricas arrojan enormes cantidades de cosas nuevas cada día, un 98 por ciento de las cuales acaban en vertederos a los seis meses de su compra. La mayoría de los materiales, como el metal, podrían reutilizarse para la fabricación de nuevos productos.”

Peltomaa cree que tras cinco años de enérgicos trabajos en el desarrollo y las pruebas piloto del innovador producto de ZenRobotics, el dominio mundial de los robots podría estar a la vuelta de la esquina. «Los robots ya no son el futuro, puesto que ya están aquí», comenta.

Peltomaa debe tener razón, pues cada vez se están subiendo al carro más nombres conocidos (el último en apuntarse es Juho Malmberg, el director de experiencia del cliente de Kone Corporation) y se están firmando los primeros acuerdos importantes.

Coro loco con risa malvada

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A medida que los residuos se desplazan por la cinta transportadora, el robot coloca los diferentes tipos de elementos reciclables en varios cubos.Illustration: ZenRobotics

Lejos de ser corrientes, las publicaciones mediáticas y de marketing del sitio web de ZenRobotics son más bien creaciones irónicas. En ocasiones se refieren a los expertos de la compañía como un «coro loco de doctores que pretenden dominar el mundo», o bien citan al Director general con el comentario «¡Muahahaha!» (como representación de una risa malvada).

Todo ello podría inspirar una farsa, si no fuera por el hecho de que el equipo de expertos de ZenRobotics, todos ellos en la cima de sus campos de investigación, está desarrollando un producto muy útil que todavía no tiene rival.

“Cuando empezamos en ZenRobotics, aplicamos algunos de los casos prácticos de Hybrid Graphics Ltd, la famosa empresa tecnológica en la que habíamos estado tanto Tuomas como yo”, explica Peltomaa. “Intercambiamos opiniones con unos doscientos clientes para saber de qué forma podía ayudarles la robótica. Desde el microensamblaje hasta los astilleros, pronto tuvimos claro que todos tenían el mismo problema: tratar con objetos que un robot no puede coger o reconocer por su forma en 3D, siempre tan variable y compleja.»

«La idea de concentrarnos en el reciclaje se originó en esta realización por varios motivos. Por un lado, es más fácil conseguir financiación para proyectos ecológicos, puesto que cada vez se consideran más importantes. Actualmente el reciclaje también forma una megatendencia, puesto que capta la atención de los medios y todas las empresas quieren desarrollar sus estrategias verdes. La combinación del reciclaje con la robótica (otra megatendencia en auge) parecía perfecta. Y, personalmente, ambas nos encantan.»

ZenRobotics Recycler representa el producto fruto de una intensa investigación, basada en los innovadores estudios a lo largo de 20 años del prestigioso científico Harri Valpola en neurobiología y aprendizaje automático.

Actualmente, el diseño del producto está orientado únicamente a tratar los residuos de los derribos y de la construcción, pero los planes futuros incluyen toda clase de residuos, desde los residuos de metal comerciales como otra clase de sustancias peligrosas. Dado que la gestión del reciclaje implica separar las materias primas de los desechos, actualmente es una tarea demasiado compleja para los robots convencionales y, por lo tanto, la realizan mayoritariamente las personas, a menudo de forma manual y en condiciones muy peligrosas.

Gente inteligente, robots inteligentes

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Pellizcando el futuro: ZenRobotics Recycler puede distinguir los objetos reciclables y separarlos de otros desechos.Foto: ZenRobotics

Mientras que los robots industriales convencionales suelen disponer de pocos sensores y trabajan en condiciones simples y predefinidas con objetos uniformes del mismo material, el sistema de control «bioinspirado» ZenRobotics Reclycler utiliza numerosas entradas de sensores. Ello significa que funciona de forma parecida al cerebro humano, con una capacidad de pruebas y errores que le permite aprender de sus errores y mejorar su tarea.

El cerebro de ZenRobotics Brain, a la larga, se formará una visión general coherente de la situación y reclamará o quitará materiales de la cadena de residuos según sea necesario. Esto es algo inaudito en el mundo de la robótica, pese a la idea equivocada transmitida por las películas de ciencia ficción. Peltomaa destaca que nunca hasta ahora se había dado un análisis tan diverso y preciso de los residuos. «Somos realmente revolucionarios en este campo.»

O estás con nosotros o contra el mundo

Aunque un robot ZenRobotics Reclycler costará alrededor de un millón de euros, el mercado existe y, por lo tanto, existen los clientes. Tras realizar los proyectos piloto con Sita Finland (filial de Sita Environnement, una de las principales empresas en la gestión de residuos y de tratamiento de agua), ZenRobotics ha empezado a firmar acuerdos con clientes de todo el mundo.

Si todo va según el plan, pronto veremos un mundo mejor y más limpio, un mundo donde los robots harán los trabajos más tediosos y peligrosos gratis, sin quejarse y trabajando las 24 horas.

Quizás ello nos ayudará a los humanos a concentrarnos en utilizar menos objetos, reflexionar sobre lo que compramos y disfrutar de lo que tenemos.

Un planeta se está ahogando entre los residuos y la música dramática, pero hay esperanza en el futuro (vídeo en inglés).

Por Anna Leikkari, septiembre de 2012