¿Quién teme al oso feroz?

A principios de cada verano, los bosques de Kainuu se convierten en escenario de los más apasionados romances… entre osos.

A principios de verano en los bosques de Kainuu, que se extienden a todo lo largo de la frontera con Rusia, en la Finlandia del este, el amor se siente en el aire… para los osos. La siguiente galería les acercará, en primer plano, a la vida de estos impresionantes seres.

Una remota, accidentada y pantanosa franja de terreno en tierra de nadie, en la frontera entre Finlandia y Rusia, no es el escenario ideal para un romance. Sin embargo, sus protagonistas se hallan tan absortos el uno en el otro –bueno, el macho es el que parece estar más locamente enamorado, para ser sinceros…- que ni se dan por enterados del chaparrón que está cayendo. Así son los osos pardos.

La observación del oso pardo y de sus camaradas los lobos y los glotones (el lince, aunque abundante, es demasiado esquivo), se ha convertido en una de las actividades turísticas más populares y atractivas de esta zona de Finlandia. Los mejores puestos, -preparados con espaciosos escondites para los observadores ocasionales- o los más básicos, aunque estratégicamente situados -para los fotógrafos serios- se hallan cerca de la frontera.

A los osos se los atrae con pescado, cerdos muertos y comida para perros, cosa que en un principio puede sonar a trampa. Sin embargo, los animales no llegan a volverse dependientes de los cebos, ni a sentirse atraídos de manera peligrosa por los núcleos de población y, de otro modo, las posibilidades de ver a estos animales en libertad serían casi inexistentes. Los osos y los glotones, más descarados, suelen acercarse a pocos metros de los escondites, pero los avistamientos de lobos, al ser éstos tan precavidos, son más raros, aunque no imposibles.

Las expediciones de observación, bajo el auspicio de Wild Taiga, están organizadas por expertos naturalistas como Lassi Rautiainen, que además es un reconocido fotógrafo con numerosos premios. Su equipo Articmedia trabaja en un total de catorce puestos de observación, la mayor parte de los cuales están situados cerca de la hospedería familiar de Kuikka, 160 km al este de Kajaani, una de las zonas donde los avistamientos de lobos son más frecuentes.

Uno de los mejores directores de documentales sobre la naturaleza, el finlandés Kari Kemppainen, es socio fundador del Boreal Wildlife Center, cuyos observatorios de Viiksimo tienen un buen historial de avistamientos de estos tres depredadores. El romance que nos ocupa fue fotografiado desde el observatorio principal de Viiksimo, durante una tormentosa noche de finales de mayo.

La feliz pareja: En el bosque, a un km. de Rusia. Los animales cruzan con total libertad de un país a otro sin necesidad de pasaporte. Los cálculos varían, pero se dice que hay más de 1000 osos pardos europeos viviendo a todo lo largo de esta región fronteriza. Foto: Tim Bird

Ingredientes frescos 100% finlandeses: Las bayas silvestres son parte fundamental de la dieta del oso pardo, pero no está mal un poco de pescado, para variar. Foto: Tim Bird

Dejemos las cosas claras: La hembra empieza a darse cuenta de que el galán no tiene intención de dejarla en paz. Foto: Tim Bird

Un baño de barro: El macho se toma un respiro de la persecución y deja por un momento tranquila a su futura consorte para darse un chapuzón. Foto: Tim Bird

El oso bailarín: A lo mejor con una danza nupcial se la puede convencer... Foto: Tim Bird

Nuestro aguerrido fotógrafo se atrevió a internarse en las profundidades del bosque para cazar con su cámara al huraño oso pardo, trayéndonos a su regreso esta formidable galería de imágenes. Foto: Tim Bird

Los osos son monógamos en serie, permaneciendo con una misma pareja durante periodos que pueden ir de unos pocos días a semanas. Foto: Tim Bird

Peleas de tortolitos: Los machos adultos son agresivos, las hembras no tanto, a menos que estén con sus cachorros. Foto: Tim Bird

Más tarde, un macho solitario se acerca para zamparse las sobras del almuerzo de nuestros enamorados. Foto: Tim Bird

Listo para llevar: Un macho joven escapa con el pescado de la cena. Los osos necesitan ganar más de 150 kg de peso durante el verano para poder sobrellevar el duro invierno. Foto: Tim Bird


 

Texto y fotos: Tim Bird, junio de 2010